miércoles, 28 de mayo de 2008




MARÍA DELIA DEL CARRIL

"LA MUJER DE LOS OJOS BOQUIABIERTOS"

“Una madrugada del mes de julio, dentro de la tela se movió un caballo, rompió el marco, sacó las patas y las derramó por el suelo; estiró el cuello y relinchó. Cabalgó transparentemente hacia Michoacán”.María Delia Del Carril, hija quinta de los catorce descendientes que conformaron la familia Del Carril – Irraeta. Nacida en Saladillo el 27 de septiembre de 1885, en la "Hacienda Polvaredas" (Buenos Aires, Argentina) deja transcurrir su infancia con la facultad de abrir los ojos “verdemente” a las enormes praderas desgranadas de caballos, imagen que se fija para siempre en su alma y su arte.Institutrices extranjeras de grandes sombreros, profesores, choferes, cocineros franceses, viajes en barco; veraneos en Biarritz y San Sebastián, ocupando todo un piso de un hotel de lujo, y una mansión en Buenos Aires, forman parte del crecimiento de Delia, quien tiempo después sería conocida como “La Hormiguita”.Libros, teatro, cultura musical, importantes amistades, belleza, cabalgatas por sobre Palermo y, una aguda sensibilidad, configuran a una joven mujer capaz de distinguir el otro mundo paralelo que subyace en la carencia, y por el que siempre luchará. En los recuerdos de su juventud están su hermana Adelina y su cuñado Ricardo Güiraldes: "nos elegimos mutuamente en la época que el “Joie de Vivre” nos atoraba"-.

Se enamora de Adam Diëhl Algelt. Viven en París durante algunos años, donde Delia estudia pintura con André Lhote y Fernand Leger. Así conoce a Picasso, a Luis Aragón y se desenvuelve en veladas artístico-intelectuales de alta alcurnia. Luego de nueve años de casada, regresa a Argentina, para incursionar en el canto, pues pasa el tiempo sin recuerdos. Vuelve a París y de allí a España.Viaja a Madrid por 15 días con una amiga argentina en los tiempos de la República. Se encandila, se queda y se integra a la Alianza de Intelectuales. Entabla firme amistad con María Teresa León, Rafael Alberti, Maruja Mallo, Federico García Lorca y Vicente Aleixandre, inmediatamente antes de la Guerra Civil Española.En 1935 llega a los 50 años entera, hermosa y suspendida sin que sus pies toquen el horizonte. Cantada por Miguel Hernández como: "La de los ojos boquiabiertos".Es entonces cuando escucha hablar de Pablo Neruda, un joven cónsul y poeta chileno. Así lo narra en confidencia a su amiga Estela González:"Tanto hablar de Pablo todos, aquí y allá. Un día en el Café Cerro nos presentan: -Mira Delia, éste es Pablo. Esta es Delia-. Caminó hacia mí, me miró. Entonces colocó su mano en mi hombro y nunca más la sacó de allí".Otras versiones dicen que fue en la casa del diplomático chileno Morla Lynch. En enero de 1935, por carta de Neruda a Hádor Eandi, se derraman las siguientes palabras:"Vivimos en una casa con seis metros de balcón, muy alta con vista a las sierras y a la nieve de Guadarrama. Vive con nosotros una argentina, Delia del Carril, muy simpática y profundamente buena".
(Margarita Aguirre: Pablo Neruda - Héctor Eandi.Correspondencia durante "Residencia en la Tierra").

A la "Casa de las Flores", en el barrio de Argüelles llega Delia, testificando el desligamiento y el dolor del mal padecido por la pequeña Malva Marina, hija de Neruda y María Antonieta Haagenar. Apoya en su hombro la mano de su poeta mientras las de ella, inteligentes y finas, pulen aristas, muestran caminos y caminan activas dentro de la política y los acontecimientos vertiginosos que desembocan en la Guerra Civil Española.En la Casa de las Flores las tertulias se prolongan y se fraguan en versos y política hasta los amaneceres. Delia lleva paquetes con mercaderías a los necesitados y abre los ojos grandes para que entren por ellos los que arrancan del dolor. Por esto y por mucho más, Isaías Cabezón y Acario Cotapos la apodan "La Hormiguita".Matan a Federico García Lorca. España entera llora. Neruda, involucrado con los republicanos, es destituído de su cargo y parte rumbo a Francia, mientras Delia huye a Barcelona. Esta distancia desata las siguientes súplicas:"Hormiguita adorada: No sé por qué te vas a quedar por meses en Barcelona. Tú tenías planes... Dejé a Maruca. La situación está arreglada con su ida... Estoy en un hotel muy viejo frente al viejo puerto, miro cada mañana los veleros. Qué bien estaríamos juntos!... Me he cortado las uñas por primera vez solo ... ! También quiero que me compres un barquito que vimos con Manolo Ángeles, (se refiere a Manuel Angeles Ortiz) ,vale 35 pesetas... Lo necesito con urgencia porque vivo en el Hotel Náutico. Te abrazo con todo mi corazón y te quiero cada día, espero verte que es lo único que quiero. Pablo".(Carta de Pablo Neruda a Delia del Carril fechada en diciembre de 1936)


Y se la ve a su lado en la lucha por llevar a Chile a los refugiados españoles, recorriendo América, corrigiendo las pruebas donde el poeta narra su historia. Conquistando y conquistada en Chile, tanto en las tertulias de la casa de 'Michoacán' de la avenida Lynch, con sus puertas siempre abiertas, como en Isla Negra: "Fue una cosa fantástica. -Vaya a ver y pregunte- me dijo Pablo. Era un español que había venido en barco de comisario. Bajó con su guitarra en un puerto chileno y nos vendió el lugar".Se la ve con él en los duros días de la persecución por González Videla, en el exilio. Preparando la llegada del poeta en Chile, mientras el marino es atraído por el canto de la Medusa desde un peñón de Capri. Los Versos del Capitán, la Medusa, la Chascona y Matilde lo arrebatan de su vida para siempre. Tiene 70 años.Del dolor se refugia en el Taller 99 de Nemesio Antúnez. Crea enormes caballos que no caben en sus telas. Los dobla, los anuda, los presiona dentro del lino. Los pinta por dentro y por fuera con huesos y articulaciones, con piel. Con los ojos bien abiertos, cálidos y fuertes, dúctiles, amorosos. Llega a convertirse en la mejor caballista sudamericana. Tiene 104 años.“Una madrugada del mes de julio, dentro de la tela se movió un caballo, rompió el marco, sacó las patas y las derramó por el suelo; estiró el cuello y relinchó. Cabalgó transparentemente hacia Michoacán, llegó a la habitación desde donde Delia guardaba y celaba la casa. Sin que Rosita Callejas escuchara, acercó el hocico a su ama, enrolló su cuello al otro albo y le dijo en idioma de caballo algo que sólo una hormiga entiende. Delia sonrió, abrió los ojos verdes, enormes, entró por ellos el caballo, todo el mundo y ella misma...”En el Cementerio General dicen que la cremaron por seguirle la corriente a esas cosas legales. Hubo discursos, se dijeron cosas muy bellas. Pero todos sabían que estaban cremando un marco roto y una tela vacía. Porque todos sabían que la habían visto cabalgando por Palermo, por Argüelles y por la casa Michoacán. También por lo de Inés Valenzuela, por Isla Negra, por el taller de Antúnez y el de Carreño.“Y todos no pueden mentir”.

Extracto del relato de Ana María DíazFundación Pablo NerudaBoletín Primavera 1989.pp. 7-8